Los estadounidenses odian hacer presupuestos. Sin embargo, los expertos afirman que reformular el concepto puede dar resultados más positivos.
Winnie Sun, cofundadora de Sun Group Wealth Partners, con sede en Irvine, California, afirma que la palabra "presupuesto" les da "escalofríos".
"Es como decirle a alguien que tiene que hacer dieta y comer sano", afirma Sun, miembro del Consejo de Asesores de CNBC. "Es un concepto muy abrumador para el consumidor medio".
Alrededor del 68% de los consumidores dicen que un presupuesto les ayudaría a alcanzar sus objetivos personales y familiares, sin embargo, el 40% dicen que nunca han tenido un presupuesto, según una encuesta de la Junta de CFP, que supervisa la designación de planificador financiero certificado, publicada en 2019.
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Sun estima que más del 60% de sus clientes "sienten como si literalmente fueran a sufrir" si Sun menciona la elaboración de un presupuesto.
Las conversaciones en torno al presupuesto generalmente se destilan en dos campos: gastar en necesidades (es decir, artículos esenciales) y deseos (no esenciales).
Según Sarah Newcomb, economista conductual de Morningstar, el objetivo de este marco es ayudar a sopesar las propias prioridades financieras y, de este modo, mantener el gasto bajo control.
Pero el ejercicio puede convertir el presupuesto en una sensación de privación, y la gente se rebela.
El consejo financiero clásico de recortar el gasto en deseos -- entretenimiento, conexión social, citas y educación, por ejemplo -- está en desacuerdo con "el proceso natural de la motivación humana", escribió Newcomb.
"Sí, los números deben funcionar, pero tu vida también debe funcionar", escribió. "De lo contrario, te resistirás internamente a tu presupuesto, y todos sabemos cómo puede acabar eso".
Cómo usar un presupuesto sin sacrificar mucho, según expertos
Los expertos financieros recomiendan redefinir el concepto de presupuesto como algo positivo en lugar de negativo.
Por ejemplo, los hogares pueden pensar que se trata de "recaudar fondos" en lugar de recortar gastos, dice Sun.
También pueden establecer objetivos financieros. Por ejemplo, ¿qué quieren hacer con sus fondos extra? Puede ser pagar una deuda, ahorrar a largo plazo o acumular dinero para objetivos a más corto plazo, como unas vacaciones, explica Sun.
"Dejamos que sean los objetivos los que guíen la elaboración del presupuesto", explica.
"Para mí, un presupuesto no consiste en limitarme", dijo Lynnette Khalfani Cox, experta en finanzas personales conocida como Money Coach, durante una sesión de preguntas y respuestas con JPMorgan Chase y Essence. "Se trata de elegir cómo asigno mis recursos y cómo gasto mi dinero".
Del mismo modo, Newcomb recomienda identificar nuevas estrategias que puedan satisfacer las propias necesidades y, al mismo tiempo, ahorrar dinero.
Newcomb pone el ejemplo real de un matrimonio que discutía sobre cuánto dinero gastaba él en su barco cada año. Sus necesidades tienen que ver con la autorrealización: Él disfruta del viento en su pelo y del sol en su cara. Ella busca seguridad y protección, que también son importantes para su calidad de vida.
En este caso, el marido encontró una nueva estrategia: ofrecer clases de vela a los adolescentes en su club náutico, lo que ayudó a compensar el coste de su barco y permitió a su mujer canalizar esos ingresos adicionales hacia el ahorro.
Hay otras formas sencillas de conseguir dinero extra sin sacrificar mucho, dice Sun.
Por ejemplo, los hogares con más de un servicio de streaming pueden optar por utilizar un servicio durante seis meses y luego cambiar a otro durante los seis meses siguientes, reduciendo su presupuesto de streaming en un 50%, dijo.
Los hogares con un amplio fondo de emergencia intacto pueden considerar la posibilidad de contratar pólizas de seguro de automóvil y otros seguros con una franquicia superior a la de su póliza actual, lo que probablemente reducirá las primas mensuales, según Sun. En caso de siniestro, el fondo de emergencia puede cubrir la franquicia, añade.
También pueden comprometerse a recoger sus compras en la acera, por ejemplo. Los compradores realizan sus compras con más atención y evitan las compras impulsivas en la tienda, explica Sun. De este modo, sus clientes ahorran entre un 20% y un 25% o más en la compra.
Cualquier flujo de caja adicional puede utilizarse inmediatamente para pagar deudas, o destinarse a ahorros a largo plazo o a un objetivo a corto plazo, explica.
En última instancia, si hay un problema de dinero, reta a los clientes a reducir sus gastos entre un 5% y un 10% durante el mes. Después de cada semana de éxito, les anima a celebrarlo creando recuerdos en lugar de deudas: quizá haciendo algo con los amigos, o pasando el rato en un parque, en la playa o en el jardín de alguien.
"Tienes que tener una alegría que sustituya a lo negativo", afirma.
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