El Departamento de Justicia tendría planes de buscar la pena de muerte contra un pandillero de la Mara Salvatrucha acusado de participar en el secuestro y asesinato de dos adolescentes de Virginia en el 2016, de acuerdo con The Washington Post.
Los cadáveres de Edvin Escobar Méndez, de 17 años, y de Sergio Arita Triminio, de 14, fueron encontrados en Holmes Run Park el 3 de marzo de 2017. En ese entonces, las autoridades de la región indicaron que sospechaban que el incidente estaba vinculado a grupos criminales, ya que el escalofriante descubrimiento se produjo durante un aumento en los asesinatos a manos de pandillas.
En agosto de 2018, al menos 11 personas fueron acusadas en conexión con los crímenes. Diez fueron arrestadas. Entre ellas estaba Elmer Zelaya Martínez , alias “Killer” de 27 años, e identificado por la Policía como uno de los líderes de Park View Locos Salvatrucha, la clica de la MS-13 que opera en el condado Fairfax.
El diario capitalino recoge que, en un documento judicial presentado el lunes, los fiscales indicaron que se buscaba la pena capital especificamente contra Martínez por su “ substancial planificación y premeditación” del crimen y por su “falta de remordimiento por los actos violentos” cometidos.
Méndez y Triminio desaparecieron con solo semanas de diferencia. Méndez fue visto por última vez a finales de agosto de 2016, y su familia lo reportó como desaparecido poco después, el 1 de septiembre. Más tarde ese mes, información en la red social Facebook llevó al hermano de Méndez a ubicar a uno de sus amigos, Sergio Triminio. Este último le dio malas noticias, diciendo que Méndez había sido “secuestrado o asesinado” porque pandilleros de MS-13 pensaban que él era un espía de una pandilla rival.
Dos días más tarde, el 27 de septiembre, Triminio desapareció. Su madre, preocupada, contactó a la policía para denunciar su ausencia. En diciembre de 2016, una fuente les dijo a los detectives que ambos adolescentes habían sido asesinados y enterrados por miembros de las maras. Los investigadores creen que Triminio fue ultimado porque los pandilleros sospechaban que él estaba colaborando con la policía.
A finales de febrero de 2017, las autoridades recibieron una pista de que los cuerpos habían sido sepultados en el Holmes Run Park, de acuerdo a documentos judiciales. La policía empezó a buscar en el lugar en marzo, y poco después hallaron los cadáveres.
Según indican los documentos, Triminio estaba en libertad condicional y utilizaba un brazalete electrónico en el tobillo en el momento de su secuestro. El aparato dejó de funcionar cuando desapareció.
Un comunicado del Departamento de Justicia de febrero de 2019 detalla que Zelaya Martínez fue quien informó sobre las presuntas intenciones de las víctimas a Edenilson Misael Alfaro, líder de alto rango dentro de la MS-13, quien entonces ordenó a otros miembros de menor rango a que llevaran a cabo los asesinatos.
En julio de 2019, el gobierno federal anunció que retomaría la política de ejecutar a condenados a muerte por delitos federales, por primera vez desde el 2003. Un juez federal bloqueó la medida en noviembre.
Robert Jenkins, uno de los abogados de Zelaya Martínez, dijo que los fiscales buscarán la pena de muerte por motivos políticos.
Señaló que, si bien las acusaciones son graves, no son más graves que muchos otros casos en los que no se consideró la pena capital.
“Se ajusta muy bien a la retórica del presidente Trump sobre la inmigración ilegal”, dijo Jenkins.
En varias ocasiones, el presidente Trump ha usado la pandilla MS-13 para justificar sus políticas migratorias de “tolerancia cero” y sus planes para construir un muro fronterizo.
La última vez que los fiscales en el Distrito Este de Virginia solicitaron la pena de muerte fue en 2012.