TEXAS- Unos diez incendios forestales aún se consideraban activos este sábado tras haberse reportado 17 el viernes en todo el estado. Una tendencia devastadora que, según el Servicio Forestal de Texas A&M, no se espera que termine pronto.
“Las condiciones en este momento son tan cálidas y secas que solo prevemos experimentar esta actividad de incendios forestales en el futuro previsible”, expresó la portavoz Erin O’Conner.
O'Conner recordó que desde el comienzo del año, más de 6,900 incendios forestales han quemado casi 600,000 acres en todo el estado, dando a los equipos de bomberos poco tiempo para descansar incluso cuando el calor de tres dígitos hace que su trabajo sea aún más peligroso.
"ES EXTENUANTE"
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“Es extenuante. Nuestras tripulaciones están sujetas a ciertos estándares de aptitud física. Y luego, con estas condiciones, es algo que toman en cuenta cuando los administradores de incendios toman sus decisiones sobre los incendios”, dijo.
Eso incluye depender de recursos adicionales. Actualmente, cerca de 1,000 bomberos de 40 estados diferentes se encuentran sobre el terreno en Texas para ayudar al Servicio Forestal y a los departamentos de carrera y voluntariado.
En algunas comunidades, esos héroes locales no remunerados están sintiendo la tensión. Esta semana, el Departamento de Bomberos Voluntarios de Possum Kingdom West solicitó donaciones a la comunidad y dijo que el incendio que arrasó el condado de Palo Pinto afectó los recursos, incluidos dos camiones de limpieza que deben reemplazarse.
INCIDENTES DE INCENDIOS FORESTALES EN TEXAS
Aún así, con las prohibiciones de quema vigentes en todos los condados de Texas excepto en 30, los equipos de bomberos están listos para las peores condiciones vistas desde 2011 cuando se quemaron 4 millones de acres sin precedentes en todo el estado.
“Estamos viendo muchas similitudes en cuanto a las condiciones, cuánto tiempo están ardiendo nuestros incendios, cuánto tiempo la vegetación en todo el paisaje mantiene ese calor”, dijo O’Conner.
O'Conner dijo que las lluvias y tormentas dispersas de este fin de semana harán poco para ayudar a que la temporada de incendios se convierta en la peor en más de una década.
