WASHINGTON - La Corte Suprema anuló el derecho constitucional al aborto impulsada por una gran mayoría católica.
Eso no es coincidencia. Pero tampoco toda la historia.
Los jueces que decidieron desconocer el fallo del caso Roe v. Wade que legalizó el aborto se formaron en una iglesia cuyo catecismo habla de “la perversidad moral” que representa el aborto y cuyos obispos estadounidenses afirman que su oposición al aborto es una “gran prioridad”.
LA IGLESIA CATÓLICA HABLA DEL ABORTO COMO UNA "PERVERSIDAD MORAL"
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Esto solo, sin embargo, no explica el voto de los jueces.
Los católicos en general son mucho más ambivalentes respecto al aborto que los líderes de la iglesia. Más de la mitad opinan que el aborto debe ser legal en todas o la mayoría de las circunstancias, según el Centro de Investigaciones Pew.
Prominentes católicos apoyan el derecho al aborto, incluido el presidente Joe Biden y la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, ambos demócratas.
La jueza de la Corte Suprema Sonia Sotomayor, designada por un gobierno demócrata, se opuso al dictamen del tribunal en relación con el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization que anuló el fallo de Roe v. Wade.
Los jueces de la mayoría en el caso de Dobbs no son simples católicos de cuna. Varios tienen lazos con corrientes intelectuales y sociales del catolicismo que, a pesar de sus diferencias, comparten una postura conservadora doctrinaria y una firme oposición al aborto.
“No es cuestión de elegir católicos simplemente”, expresó Steven Millies, profesor de teología pública de la Unión Teológica Católica de Chicago y autor de “Good Intentions: A History of Catholic Voters’ Road from Roe to Trump” (Buenas intenciones: Una historia del camino de Roe a Trump de los votantes católicos).
“Se trata de un tipo particular de católicos, que se mueven en círculos con los que no todos los feligreses de su parroquia se identifican”, agregó Millies.
En el caso de Dobbs, cinco jueces votaron a favor de anular el fallo de Roe: Samuel Alito, Amy Coney Barrett, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Clarence Thomas. Un sexto, el presisente de la Corte John Roberts, no lo hizo, pero mantuvo las restricciones a los abortos en Missisippi que estaban en juego.
Los seis fueron criados como católicos.
La mayoría fueron a una combinación de escuelas y universidades católicas. La única excepción es Alito, quien, no obstante, dice que se crió en un hogar en el que “la iglesia y la familia” eran lo más importante.
Cinco de estos seis jueces se identifican como católicos. Gorsuch ha ido a una iglesia episcopal últimamente.
La Corte Suprema estuvo dominada por jueces protestantes buena parte de su historia. Desde la década de 1990 la mayoría son católicos y últimamente la Corte estuvo conformada por seis católicos, tres judíos y ningún protestante. (La nueva jueza Ketanji Brown Jackson, que asumirá pronto, se identifica como protestante).
La identidad religiosa, no obstante, ha incidido menos que la ideología últimamente y es por ello que los evangélicos conservadores se han mostrado tan complacidos con la designación de los jueces católicos nombrados por los republicanos, según Nomi Stolzenberg, de la Facultad de Leyes de la Universidad del Sur de California especializada en temas religiosos.
De hecho, ocho de los últimos nueve jueces nominados por los republicanos para ser confirmados en la Corte Suprema, desde la época de Ronald Reagan hasta la de Donald Trump, han tenido una formación católica.
Esa composición demográfica religiosa puede resultar llamativa, dado que los republicanos tienen una importante base protestante evangélica. Pero responde en parte a la disponibilidad de figuras del campo legal. El derecho es uno de los ámbitos profesionales preferidos por los descendientes de inmigrantes católicos.
Las instituciones educativas católicas crearon facultades de leyes que ayudaron en la asimilación social y el progreso de estas comunidades. La Facultad de Leyes de la Duquesne University de Pittsburgh comenzó como una escuela nocturna para inmigrantes de clase trabajadora.
Pasado cierto tiempo, los católicos estaban estudiando en las exclusivas escuelas de la Ivy League y llegando a la cima de la profesión legal.
“Es una historia de inmigrantes, de cómo los católicos y los judíos superaron la resistencia anticatólica y antisemita y llenaron las principales universidades”, declaró Stolzenberg.
Un estudio del 2017 indicó que el 28% de los jueces de tribunales de apelación son católicos y un 19% judíos.
Millies dijo que algunos jueces nombrados en el pasado por los republicanos decepcionaron a los conservadores y votaron a favor de Roe.
“Los republicanos querían gente que les ofreciera garantías”, declaró. “En los años 80, esos pasaron a ser católicos”.
Esto también refleja otro aspecto de la historia de los inmigrantes, de acuerdo con Millies. Muchos católicos de mediados del siglo pasado trataron de demostrar su lealtad a Estados Unidos manifestando firmes posturas anticomunistas y conservadoras.
“Los católicos se ganaron un lugar en la cultura estadounidense como patriotas confiables”, señaló.
No todos los nominados católicos cumplen con las expectativas de los republicanos. El hoy retirado Anthony Kennedy, después de todo, aprobó el derecho a abortar y el matrimonio gay.
Por ello los gobiernos republicanos empezaron a estudiar el historial de los jueces y su participación en organizaciones influyentes como la Sociedad Federalista, según Millies.
Gorsuch, que como varios de los jueces que votaron a favor de Dobbs asistió a numerosos eventos de la Sociedad Federalista, estudió en la Universidad de Oxford con el filósofo legal católico John Finnis.
Finnis es un creyente en la “ley natural”, que el catecismo católico describe como “el sentido moral original que permite al hombre discernir mediante la razón lo que son el bien y el mal, la verdad y la mentira”. Gorsuch aplicó ese principio en un libro en el que se opone al suicidio asistido.
“Tal vez Gorsuch ya no sea un católico practicante, no lo sabemos”, expresó Stolzenberg. “Lo que sabemos es que su filosofía legal se basa en la filosofía católica conservadora de la ley natural”.
Barrett tiene una larga relación con People of Praise, un grupo cristiano ecuménico con numerosos adherentes católicos que combina una postura moral y doctrinaria, incluida su oposición al aborto.
Thomas tuvo formación católica y asistió durante un breve período a un seminario católico. Posteriormente se vinculó con una iglesia episcopal antes de volver al catolicismo.
Al comentar el caso de Dobbs, Thomas fue más allá y dijo que la Corte debería reconsiderar otros derechos acordados en base a teorías legales similares a las que sustentaron el fallo original de Roe. Sostuvo que esos fallos violaron leyes estatales contra el uso de anticonceptivos y las relaciones y el matrimonio entre personas de un mismo sexo.
En un discurso en la Universidad de Notre Dame del 2021, Thomas reconoció la influencia de Antonin Scalia, viejo bastión conservador de la Corte que asistía a misas en latín, algo que sienta bien a muchos católicos conservadores, y quien tenía mucho arrastre entre otros miembros de la Corte.
“Todos estos jueces dirán que ‘somos seguidores de Scalia’”, manifestó Stolzenberg. “Scalía era un católico conservador. Eso guió su filosofía legal”.