Jimmy Carter, quien se consideraba un extraño incluso cuando ocupaba el Despacho Oval como el número 39 presidente de Estados Unidos, fue honrado el jueves con la pompa de un funeral en la Catedral Nacional de Washington antes de un segundo servicio y su entierro en su pequeña ciudad natal en Georgia.
El primer orador fue Joshua Carter, nieto del expresidente, quien recordó cómo Carter enseñaba regularmente en la escuela dominical después de dejar la Casa Blanca.
“Construyó viviendas para personas que necesitaban hogares”, afirmó Joshua. “Erradicó enfermedades en lugares olvidados. Promovió la paz en cualquier parte del mundo, dondequiera que viera una oportunidad. Amaba a las personas”.
Joshua resaltó que Carter explicaba su dedicación diciendo que, como cristiano y seguidor de Jesucristo, “adoraba al Príncipe de la Paz”.
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El presidente Joe Biden, quien durante muchos años fue aliado de Carter, pronunció su elegía.
Biden dijo que su amistad con Carter, de casi seis décadas, le enseñó que "la fuerza del carácter es más que el título o el poder que ostentamos".
"Es la fuerza para entender que todo el mundo debe ser tratado con dignidad, respeto… que todo el mundo, y me refiero a todo el mundo, merece una oportunidad equitativa", dijo Biden.
El presidente recordó cómo en abril de 2021, él y la primera dama Jill Biden visitaron a Jimmy y Rosalynn Carter en Plains, Georgia, en su casa. Dijo que los Carter les recibieron como si fueran de la familia, y "ese día, los cuatro solos nos sentamos en el salón y compartimos recuerdos que abarcan casi seis décadas, una profunda amistad que comenzó en 1974."
Biden dijo que aprendió de Carter: "Tenemos la obligación de no dar refugio al odio y de plantar cara" al "abuso de poder".
"No se trata de ser perfectos, porque ninguno de nosotros lo es, todos somos falibles», dijo Biden. "Pero se trata de preguntarnos: ¿estamos esforzándonos por hacer las cosas bien?".
La inusual reunión de comandantes en jefe ofreció un momento poco común de cortesía para la nación en una era hiperpartidista y fraccionada. Se reunieron en privado antes de que comenzara el servicio.
Varios expresidentes, entre ellos el presidente electo Donald Trump, estuvieron en el funeral.
Trump y su ex vicepresidente, Mike Pence, se dieron la mano y se saludaron muy brevemente en los bancos de la iglesia. El ex vicepresidente, que ha criticado a Trump por sus esfuerzos por anular los resultados de las elecciones de 2020, está sentado detrás de donde están sentados el presidente electo y la ex primera dama Melania Trump.
El expresidente Obama también llegó y saludó tanto al ex vicepresidente Al Gore como a Pence antes de sentarse junto a Trump, donde ambos conversaron y Obama se rió de algo que dijo Trump.
George y Laura Bush y Bill y Hillary Clinton también estuvieron sentados en la fila con Obama y Trump.
Después del acto en la Catedral Nacional, el Boeing 747 que sirve de Air Force One cuando lleva a un presidente en activo a bordo, llevará a Carter y su familia de regreso a Georgia.
Se celebrará un funeral privado en la Iglesia Bautista Maranatha, en la pequeña localidad de Plains, donde Carter enseñó en la escuela dominical durante décadas después de dejar la presidencia.
Carter será enterrado junto a su esposa, la ex primera dama Rosalynn Carter, en una parcela próxima a la casa que construyeron antes de su primera campaña al Senado estatal en 1962 y donde vivieron toda su vida, a excepción de los cuatro años que ocuparon la Mansión del Gobernador de Georgia y sus cuatro años en la Casa Blanca.
Los restos de Carter serán acompañados por su su familia hasta la iglesia bautista Maranatha en Plains, Georgia, adonde arribarán a las 3:30 de la tarde este jueves.
Quince minutos después se llevará a cabo un servicio fúnebre privado.
Después del servicio, los restos del expresidente y su familia viajarán en cortejo a las 4:45 de la tarde a la residencia Carter para un entierro privado a las 5:20 de la tarde.
Se invitó al público a alinearse en la ruta del cortejo fúnebre a través de Plains hasta el lugar de descanso final de Carter.
Antes del entierro, la Armada realizará un vuelo en formación de hombre perdido en honor al servicio naval de Carter y el tiempo en que fue comandante en jefe de las fuerzas armadas poco después de la llegada del cortejo a la residencia.
JIMMY CARTER, EL AGRICULTOR DEL MANÍ
Jimmy Carter, el agricultor de maní de Georgia que llegó a la presidencia tras el escándalo de Watergate y la guerra de Vietnam, sufrió una derrota humillante luego de un mandato tumultuoso y redefinió su vida después de la Casa Blanca como un humanitario global, murió el 29 de diciembre pasado a los 100 años.
El presidente estadounidense más longevo falleció en su casa en el pequeño pueblo de Plains, Georgia, donde él y su esposa, Rosalynn, quien falleció en noviembre de 2023, vivieron la mayor parte de sus vidas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó la muerte de Carter, afirmando que el mundo perdía a un “extraordinario líder, estadista y humanitario”, y que él perdía a un querido amigo.
Biden citó la compasión y claridad moral de Carter, su trabajo para erradicar enfermedades, forjar la paz, impulsar los derechos civiles y humanos, promover elecciones libres y justas, alojar a los sin techo y abogar por los desfavorecidos como ejemplo para otros.
“Para todos los jóvenes de esta nación y para cualquiera que busque lo que significa vivir una vida con propósito y significado... estudien a Jimmy Carter, un hombre de principios, fe y humildad”, dijo Biden en un comunicado. “Demostró que somos una gran nación porque somos buena gente: decentes y honorables, valientes y compasivos, humildes y fuertes”.
Biden declaró el 9 de enero como el Día Nacional de Luto y ordenó que las banderas se izen a media asta por 30 días a partir del domingo.
Empresario, oficial naval, evangelista, político, negociador, escritor, carpintero, ciudadano del mundo, Carter forjó un camino que aún desafía las suposiciones políticas y que destaca entre los 45 hombres que alcanzaron el cargo más alto de Estados Unidos.
El presidente número 39 impulsó su ambición con un intelecto agudo, una fe religiosa profunda y una ética de trabajo prodigiosa, llevando a cabo misiones diplomáticas hasta después de los 80 años y construyendo casas para los pobres hasta bastante después de sus 90.
“Mi fe exige —esto no es opcional—, mi fe exige que haga todo lo que pueda, donde sea que esté, siempre que pueda, durante el tiempo que pueda, con lo que sea que tenga para tratar de marcar una diferencia”, dijo Carter una vez.