WASHINGTON - Una mujer del estado de Indiana se convirtió este miércoles en la primera acusada en recibir una sentencia por el asalto al Capitolio estadounidense del pasado 6 de enero.
Anna Morgan-Lloyd, que describió con anterioridad esa fecha como "el día más emocionante" de su vida, se mostró arrepentida este miércoles durante la audiencia ante el juez de la Corte de Distrito de Estados Unidos, Royce Lamberth, según varios medios de comunicación locales.
La simpatizante del expresidente estadounidense Donald Trump, que pasó 10 minutos dentro del Capitolio durante la insurrección, fue condenada por un delito menor -entrar sin autorización en un edificio público- y quedó en libertad condicional sin pena de cárcel.
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Es en cualquier caso la primera acusada del asalto en conocer su castigo en el marco de la investigación de los disturbios.
Morgan-Lloyd, de 49 años, también tendrá que abonar $500 de multa tras declararse culpable de este delito por entrar al Capitolio junto con la muchedumbre que protagonizó aquel asalto el pasado 6 de enero.
Durante la lectura de la sentencia, el juez Lamberth criticó a los legisladores republicanos por restar importancia a la violencia los hechos del pasado 6 de enero.
Lamberth dijo estar "especialmente preocupado" por los relatos de algunos miembros del Congreso de que el 6 de enero fue "solo un día de turistas caminando por el Capitolio".
El magistrado se refería a las declaraciones de mayo de un miembro republicano de la Cámara Baja, Andrew Clyde, que comparó el asalto al Capitolio con "una visita turística normal".
"No sé en qué planeta estaban. Esta no fue una manifestación pacífica. No fue un accidente que se volviera violento; tenía la intención de detener el funcionamiento mismo de nuestro gobierno", insistió el magistrado Lamberth.
Sin embargo, el juez dijo que Morgan-Lloyd, la primera sentenciada, evitará ir a la cárcel porque no participó en la violencia y condenó a quienes lo hicieron.
El pasado 6 de enero cientos de seguidores del expresidente Donald Trump irrumpieron en la sede del Congreso de Estados Unidos, cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos cámaras para ratificar la victoria del demócrata Joe Biden en los comicios de noviembre pasado.
Aparte de los cinco fallecidos, cerca de 140 agentes fueron agredidos por manifestantes partidarios de Trump, que iban armados con hachas, bates, palos de hockey y otras armas, según datos de las autoridades.
El Departamento de Justicia reveló a principios de junio que cerca de 440 personas han sido imputadas por cargos relacionados con el asalto de enero, incluidas unas 125 por agresión a la autoridad.