WASHINGTON DC - El presidente Joe Biden firmó este lunes la ley que recoge el aumento de gasto en Defensa para el año 2022, un presupuesto de $760,000 millones que refleja la nueva política de su gobierno para dejar atrás Afganistán y centrar sus esfuerzos en China y Rusia.
La llamada Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés) fue aprobada el 15 de diciembre en el Senado con 89 votos a favor y 10 en contra.
El proyecto incluye $24,000 millones más de los que había pedido Biden para el Pentágono y supone un crecimiento del 5% con respecto al 2021, algo que enfureció al ala progresista del Partido Demócrata, que quería que se recortara el presupuesto para defensa tras el fin de la guerra de Afganistán.
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Sin embargo, la medida recoge $7,100 millones para mejorar la capacidad de las Fuerzas Armadas en el Océano Pacífico con la idea de hacer frente a China y, además, destina $300 millones a la alianza militar con Ucrania frente a Rusia.
Como cada año, recoge una subida de salario para las tropas, que esta vez será del 2.7%.
Además, establece la creación de una comisión independiente para evaluar la guerra en Afganistán, la más larga de la historia de EEUU y a la que el gobierno de Biden puso fin con la evacuación de sus tropas, nacionales y colaboradores afganos el 30 de agosto (31 de agosto en Afganistán).
REFORMAS AL TRATO DE CASOS DE ABUSO SEXUAL EN EL EJÉRCITO
La iniciativa incluye cambios en el sistema judicial para que los delitos de abusos sexuales salgan de la cadena de mando y sean evaluados por abogados militares con un carácter independiente, en lo que representa un cambio radical con respecto a la postura tradicional del Pentágono.
No obstante, para que fuera aprobado, los líderes de varios comités tuvieron que hacer cambios al texto inicial.
LOS PLANES QUE QUEDARON FUERA DEL PRESUPUESTO MILITAR
La propuesta aprobada no incluye una enmienda que habría obligado a las mujeres a responder a un llamado a filas y tampoco contiene una provisión para que Biden impusiera sanciones sobre aquellas compañías implicadas en el gasoducto Nord Stream 2, que busca transportar gas natural ruso a Alemania y permite al gobierno de Vladimir Putin sortear Ucrania.
También tuvo que salir del texto una propuesta para limitar el poder que los presidentes de EEUU tienen para usar la fuerza contra posibles enemigos, una capacidad que constitucionalmente recae sobre el Congreso pero que se trasladó parcialmente a la Presidencia tras los ataques del 11 de septiembre de 2001.
El presupuesto de defensa suele aprobarse cada año con el apoyo de los dos partidos; este año el proceso fue más complicado por culpa de las citadas provisiones que finalmente fueron descartadas.