Por segundo día consecutivo, el presidente Donald Trump enfrenta críticas de líderes cristianos en Washington, D.C. luego de que visitara brevemente dos lugares religiosos mientras manifestaciones antirracistas, suscitadas por el homicidio de George Floyd, sacudían la capital.
Trump y la primera dama Melania Trump visitaron el martes el Centro Cultural Papa Juan Pablo II, dejando una corona de flores rojas, blancas y azules.
El arzobispo de Washington Wilton D. Gregory criticó la visita y varias personas sostuvieron pancartas de protesta en la ruta de la caravana presidencial.
“Me parece desconcertante y reprehensible que cualquier instalación religiosa permitiera ser usada y manipulada de una forma tan indignante que viola nuestros principios religiosos, que nos llaman a defender los derechos de todas las personas, incluso de aquellas con las que diferimos”, dijo Gregory en un comunicado.
“El papa Juan Pablo II era un defensor apasionado de los derechos y la dignidad de todos los seres humanos. Su legado es testimonio de esa verdad. Ciertamente él no aprobaría del uso de gas lacrimógeno y otros frenos para silenciar, dispersar o intimidar para que [alguien] se haga una foto en frente de un lugar de culto y paz”, continuó.
El presidente y la primera dama visitaron el santuario para conmemorar lo que hubiese sido el cumpleaños 100 del San Juan Pablo II el 18 de mayo.
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Por aproximadamente dos minutos, salieron del edificio, hicieron una reverencia ante la estatua y la corona de flores y se hicieron fotos.
No hubo la oportunidad de hacer preguntas, según reporteros que estaban en el lugar. Información no estuvo disponible sobre con quién se reunieron los Trump en el centro cultural. La caravana salió de la Casa Blanca a eso de las 12:30 p.m. y regresó a las 12:50 p.m.
El lunes, el mandatario visitó la iglesia episcopal St. John’s, en donde se hizo una foto con la Biblia en la mano. Poco antes, las autoridades utilizaron gas lacrimógeno y balas de goma para expulsar a quienes protestaban en Lafayette Square.
La reverenda Mariann Budde dijo que estaba “indignada” por la visita de Trump y destacó que el mandatario no se detuvo a rezar en la iglesia, un sitio a donde han concurrido todos los presidentes desde principios del siglo XIX.
“Tomó los símbolos sagrados de nuestra tradición y se paró frente a una casa de oración esperando que fuera un momento de celebración”, dijo Budde en una entrevista.
