Cuarenta y cuatro migrantes que arribaron a Guatemala el lunes tras ser deportados de Estados Unidos dieron positivo el jueves a COVID-19, dijo a The Associated Press un oficial de gobierno, mientras crece el rechazo a los que llegan por temor a los contagios.
Las autoridades guatemaltecas habían suspendido vuelos durante la Semana Santa por temor a que hubiera más infecciones, pero el lunes 13 de abril los autorizaron de nuevo. Ese día llegaron dos con deportados, según el Instituto Guatemalteco de Migración: uno con 106 migrantes procedentes de El Paso y el otro con 76 desde Brownsville, ambos en Texas.
Pasajeros de este último fueron los que resultaron contagiados, informó a la AP un oficial de gobierno con conocimiento de la situación, pero que pidió guardar el anonimato porque no está autorizado a dar información.
El ministro de Relaciones Exteriores, Pedro Brolo, confirmó a la AP el jueves por la tarde que los vuelos de deportados volverán a suspenderse, sin especificar si la decisión obedece al contagio de migrantes.
“Es temporal, estamos en esos detalles”, dijo, y aclaró que no hay fecha para reanudarlos.
En un mensaje a la nación, el vocero presidencial Carlos Sandoval dijo que “Guatemala se encuentra trabajando junto a las autoridades de Estados Unidos de América para revalidar el estatus de salud de los guatemaltecos retornados en los últimos días”. Previamente había dicho que no tenía información del contagio masivo.
“Se volverá a realizar la prueba a los casos que dieron positivos y los que dieron negativos desde el centro de control de infecciones de Estados Unidos, así como en el laboratorio nacional de salud acá en nuestro país”, agregó.
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En respuesta a una solicitud de información de la AP, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) dijo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) de ese país tenían representantes en Guatemala que revisaban las pruebas de COVID-19 e intentaban confirmar los resultados. Una vez que éstos estén disponibles, la agencia de inmigración dijo que determinaría si necesitaba trabajar con los CDC para reevaluar sus procedimientos médicos.
“La salud y el bienestar de los detenidos bajo custodia del ICE es de máxima prioridad para la agencia”, le indicó ésta en un comunicado a la AP.
El lunes 13 de abril, tres migrantes que presentaban tos y fiebre fueron separados tras su llegada a Guatemala y el Ministerio de Salud dijo que uno de ellos había resultado positivo. Acto seguido se ordenó realizar la prueba de COVID-19 al resto de los pasajeros, informaron entonces las autoridades.
Tras la llegada de los vuelos se generó una confusión sobre su lugar de origen.
Alejandra Mena, vocera de Migración, informó a la prensa el lunes del arribo de ambos. Al principio dijo que venían de la ciudad de Alexandria en Luisiana, y de El Paso, Texas, pero luego corrigió el primero y aclaró que llegaron de Brownsville. El jueves reconfirmó esta información.
Sin embargo, según el sitio de rastreo aéreo FlightAware, dos vuelos de un contratista del gobierno estadounidense que opera viajes de deportación arribaron a Ciudad de Guatemala el día en cuestión: uno de Alexandria y el otro de El Paso, que partió poco después de que otro vuelo del contratista llegara a esa ciudad de Texas desde Brownsville. No es inusual que los vuelos de deportación hagan escala en varias ciudades de Estados Unidos.
El ministro de Salud, Hugo Monroy, reveló el martes que en un vuelo procedente de Estados Unidos y que habría llegado al país el 26 de marzo más del 50% de los pasajeros estaban infectados.
Según cifras oficiales, 207 personas han dado positivo al coronavirus y otras siete han fallecido en Guatemala. Del total de personas positivas hay 21 recuperadas.
El ICE también ha dicho en los últimos días que examina a todos los que están bajo su custodia y pone en cuarentena a cualquiera que presente síntomas de COVID-19. Señaló también que 100 detenidos han dado positivo al virus, incluidos 17 en un centro de detención en San Diego y 12 en otro en Batavia, Nueva York.
A otros 25 empleados en los centros de detención se les ha detectado el virus, incluidos 13 en una instalación en el aeropuerto de Alexandria.
Los deportados y su potencial para transportar el virus a Guatemala son un tema que preocupa a los especialistas. El gobierno estadounidense ha continuado las deportaciones durante la pandemia, pero algunas comunidades guatemaltecas están comenzando a rechazar a los que regresan a casa por temor a que estén infectados.
El presidente Alejandro Giammattei rechazó el miércoles el acoso que sufren los deportados y dijo que “no son un riesgo para nadie”.
Byron Milian, de 25 años, fue deportado desde México el 6 de abril y en tres días cumplirá la cuarentena de 14 días que le impuso el Ministerio de Salud de Guatemala.
A principios de marzo cruzó la frontera y llegó a Phoenix, pero la Patrulla Fronteriza lo detuvo.
“Nos llevaron a unas instalaciones que parecían del gobierno gringo, nos tuvieron allí como 10 minutos, éramos 5. Luego nos volvieron a subir a una perrera y nos llevaron de regreso a la frontera con México, allí nos entregaron a migración mexicana, que nos detuvo”, señaló. Posteriormente lo subieron a un autobús rumbo a Guatemala.
Úrsula Roldan, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar, dijo a la AP que hay una fuerte presión del gobierno estadounidense hacia el de Guatemala para mantener la vigencia de los vuelos de deportados desde Estados Unidos.
“Si antes les era un problema los migrantes, ahora les es triple problema. No los quieren”, aseguró.
La experta en temas migratorios dijo que según autoridades guatemaltecas hay por lo menos 2.000 migrantes en fila para ser deportados y otros 2.000 que vendrán luego, “además de los que deportan de México”, explicó.
Sobre la llegada de contagiados, Roldán dijo que el gobierno guatemalteco tendrá que invertir en albergues temporales porque es preferible que estén bien atendidos, recibiendo atención médica o guardando cuarentena allí, “a que vayan a sus casas con sus familias o sus comunidades”.
De enero a la fecha el gobierno estadounidense ha deportado a más de 12.144 guatemaltecos, entre ellos a 1.222 menores de edad.