El resultado de la emisión de los bonos bitcóin por 1.000 millones de dólares del Gobierno de Nayib Bukele en El Salvador marcará en buena parte el futuro de su "proyecto político" y de la adopción de esta criptomoneda, dijo a Efe el economista Ricardo Castaneda.
El Gobierno de Bukele proyecta que la emisión de estos bonos soberanos esté lista entre el 15 y 20 de marzo y que se coloquen mediante la red "Liquid" de la empresa tecnológica Blockstream, para financiar la primera "ciudad bitcóin" en El Salvador, que se convirtió el 7 de septiembre de 2021 en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal junto al dólar estadounidense.
El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo a inicios de febrero que estos bonos darán al país "un financiamiento más barato", a una tasa promedio del 6,5 %.
Para Castaneda, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), "con ese instrumento el Gobierno se juega en buena parte su proyecto político".
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"Si la colocación de estos bonos son un éxito, el Gobierno efectivamente podrá reírse de los organismos multilaterales, porque habría encontrado una fuente alternativa de recursos", apuntó.
Agregó que "sería sin condiciones", porque "no habrían exigencias en temas de transparencia, en temas fiscales o en términos de democracia" por parte de los acreedores.
De acuerdo con el economista, "si estos bonos con respaldo en bitcóin no salen bien", el Gobierno tendrá que decidir entre retroceder "en algunas medidas que ha adoptado para intentar con ello lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional" o "aceptar que se activen las alertas rojas por la posibilidad de un impago" de su deuda.
El FMI instó al país a "limitar el alcance de la Ley Bitcóin eliminando su condición de moneda de curso legal" y también manifestó su "preocupación" por la emisión de bonos respaldados con la criptomoneda.
El ministro de Hacienda ha señalado que la emisión de estos bonos "puede ser bastante interesante como mecanismo de manejo de la deuda de El Salvador y nos abre una nueva ventana de financiamiento para manejar de mejor forma nuestra curva de repago".
Castaneda indicó que, si no es exitosa la emisión de bonos bitcóin, "sería muy complicado que (El Salvador) logre tener todos los recursos que necesita para pagar los compromisos de aquí hasta que termine su periodo presidencial (2024)".
Las agencias calificadoras de riesgo han señalado la creciente necesidad de financiación del Gobierno salvadoreño y la última en pronunciarse fue Fitch Ratings, que rebajó la calificación crediticia a largo plazo -Issuer Default Rating (IDR)- a "CCC" de un "B-" previo.
Entre las razones Fitch citó la "incertidumbre" de alcanzar un acuerdo con FMI tras la adopción del bitcóin. La negociación de este acuerdo se anunció en marzo de 2021 por 1.300 millones.
"La adopción del bitcóin como moneda de curso legal ha añadido incertidumbre sobre la posibilidad de un programa del FMI que desbloquee la financiación para 2022-2023", apuntó Fitch en un comunicado.
A juicio de Castaneda, para que los bonos bitcóin se conviertan en una "fuente alternativa de recursos", la colocación tendría que ser de al menos 3.000 millones en los próximos años y recordó que solo en enero de 2023 se vence el pago de 800 millones en eurobonos.
Según dijo el ministro Zeleya el pasado 8 de febrero, el Gobierno salvadoreño prevé que la demanda de los bonos a emitirse en marzo sea de 1.500 millones, 500 más que los ofertados.