El martes fueron reveladas imágenes de dos personas de interés en el tiroteo que terminó con la vida de un niño de 2 años en Langley Park, Maryland.
Ha pasado casi una semana de la tragedia que sigue fresca en la memoria de la madre de Jeremy Poou-Cáceres y la comunidad, para quienes un altar sirve como recordatorio de un hecho que esperan jamás se repita.
Según autoridades, la joven y el pequeño no eran los objetivos del tiroteo ocurrido en la cuadra 1400 de Kanawah Street sobre las 5:35 p.m. el 8 de febrero.
La madre de Jeremy, quien resultó herida en el hecho y sigue recuperándose, dijo que regresaba de comer con su hijo y lo estaba empujando en un coche cuando comenzaron los disparos.
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“Cuando yo recibí una bala que fue [en la pierna], que me traspasó, caí y se me durmió mi pie. Yo no podía levantarme y me arrastré al niño, pero cuando yo llegué al niño, era muy tarde”, dijo.
Autoridades del condado Prince George’s difundieron nuevas imágenes de dos personas de interés en el tiroteo.
En el video grabado un día antes de la tragedia, se puede ver a uno de los individuos saliendo de un vehículo Ford Explorer dorado del 2003 y caminando hacia una tienda en New Hampshire Avenue en Silver Spring. La segunda persona se puede ver en el mostrador de la misma tienda.
De acuerdo a detectives, el auto donde se transportaba por lo menos una de esas personas fue robado esa misma mañana cerca del lugar donde ocurrió el tiroteo. Creen que es el mismo vehículo en el que los sospechosos huyeron.
Dos sospechosos, Israel Fuentes Jr., de 33 años, y Johnny Turcios, de 28 años, ya se encuentran detenidos. Fueron negados fianza y enfrentan cargos por la muerte de Jeremy.
La investigación al momento establece que un testigo vio a dos sospechosos disparar contra otro grupo tras una presunta disputa por territorio de drogas.
“No se siente bien uno. Porque aunque uno no es el papá, pero y qué tal que yo tuviera a mis niños y a uno de mis niños les pasara eso”, dijo Héctor Gabriel, un residente del complejo.
Mientras la policía está tras la pista de los responsables, la comunidad trata de vivir el día a día, en medio del trauma, el luto y la inseguridad.
“Mi niño también está bien asustado, porque él se sentía hasta muerto también. ‘Mamá, no me quiero morir, yo siento que tengo las balas en el cuerpo,’ porque él andaba jugando y de allá vino corriendo cuando oyó los disparos”, dijo una vecina que quiso permanecer anónima.
Vecinos del área dicen que a pesar de la pronta respuesta y presencia de las autoridades, el miedo sigue latente.
“Ojalá que así siga, que sigan trabajando como lo hicieron ese día. Así uno viendo que están alrededor, las autoridades acá, uno se siente un poquito más seguro. Pero cuando ya no se mira nadie… bueno yo, yo siento un miedo, un temor”, continuó la vecina.
El funeral del menor se llevará a cabo el sábado de manera íntima. Además, se realizará un círculo de sanación para navegar el duelo y abrir espacio para que la comunidad se una el 15 de febrero en el centro comunitario de Langley Park.
Cualquier persona con información debe comunicarse con la policía del condado Prince George’s.