A sus 17 años, solo y con poco más de $300 en el bolsillo, Abdías Funes Marroquín salió de El Salvador para encontrarse con su madre en Virginia, Estados Unidos, a quien vio por última vez cuando era un bebé.
En medio de la incertidumbre y la inseguridad, el joven afirma que lo único que lo mantenía en pie era la promesa que Dios le había hecho.
Sin embargo, tras un mes de travesía, llegar a la nación norteamericana habría sido solo la primera parte del proceso debido a que nadie lo preparó para pasar tres meses en un centro de inmigración juvenil en Nueva York.
“Se siente un poco solo uno porque uno está solo compartiendo con otros jóvenes o niños de otros países. La mayoría eran de Centroamérica”, afirmó.
El deseo de ponerle un rostro a la voz maternal que escuchaba por teléfono durante su niñez y adolescencia le permitieron mantenerse firme hasta que su situación se resolviera.
“Fue bastante emocionante, me sentí bastante feliz. Yo no conocía a mi mamá solamente por fotos y conocía su voz por llamada y cuando fue a buscarme a Nueva York fue un reencuentro bastante conmovedor”, enfatizó.
Como Funes Marroquín, millones de inmigrantes han llegado a Estados Unidos atraídos por un sueño que cuesta verlo materializado y cuya realización conlleva muchos sacrificios.
LOS EFECTOS FÍSICOS Y MENTALES DE LA SOLEDAD
El exponerse a los múltiples desafíos y traumas que conlleva el cruzar la fontera, hace que la soledad se vuelva algo inevitable, según el psicólogo José Efraín Rodríguez. El experto agregó que esto deja secuelas físicas y emocionales en las personas.
“Es el asunto de que he pasado por tantos impactos y por tanta gente que tal vez ha querido tomar ventaja de mí y de los recursos que llevo que ya los agoté”, detalló.
Esto eventualmente limita la capacidad de tomar decisiones, alcanzar recursos y realizar vínculos interpersonales sanos, afirmó Rodríguez. De hecho, al intentar crear una vida nueva en otro país, muchos se refugian en sí mismos lo que aumenta el sentido de soledad.
“El individualismo no es autonomía. El individualismo es que yo tengo unos intereses y esos intereses los voy a lograr a toda costa y no me interesa necesariamente el bienestar de otros”, expresó.
A principios del verano el director de Salud Pública de Estados Unidos, Vivek Murthy, reveló que el sentirse solo equivale a fumar 12 cigarrillos al día.
En un informe de 81 páginas, el experto presentó las consecuencias físicas y emocionales que la falta de interacción puede ocasionar en una persona, así como consejos para fortalecer las relaciones interpersonales.
“Ahora sabemos que la soledad es un sentimiento común que experimenta mucha gente. Es como la sed o el hambre. Es una sensación que nos transmite el cuerpo cuando falta algo que necesitamos para sobrevivir”, explicó Murthy a The Associated Press en una entrevista.
Con este planteamiento coincidió Rodríguez al afirmar que la soledad también puede generar dolores de cabeza, insomnio, problemas cardíacos, del sistema digestivo, entre otros.
Incluso, el atravesar ciertos traumas puede afectar el cerebro. El exponerse a un trayecto tan rudo como el Darién o la selva crea impactos en el cerebro tan graves como haber sufrido una contusión, según el experto.
“Hay un efecto psicológico. Literalmente a nivel neurológico es como si recibiéramos un impacto. Un ejemplo de esto es, piensa en un golpe contundente en la cabeza que quedas inconsciente, pues a nivel neurológico todo ese recuento que empezamos a hacer trae divagación”, detalló.
Pero en medio de las situaciones y la fatiga mental, ¿cómo se puede empezar de nuevo en un país totalmente extraño?
"NO ES MALO PEDIR AYUDA"
Aunque para Xóchitl López, una mexicana que llegó a EEUU hace 13 años, el proceso de adaptación fue retante, pudo lograrlo gracias a la ayuda comunitaria.
Mientras atravesaba una enfermedad, una amiga le comentó de los servicios de Centro Sol en Baltimore, Maryland. A través de Radiante, uno de los seis programas de salud mental que tiene la organización, pudo identificar su desafío y trazar un plan para sobrepasarlo.
“Cómo había estado muy enferma no me había dado cuenta que estaba cayendo en depresión. Cuando iba a mitad de Radiante fue como si me empezaran a prender las luces de la casa y fue como si empezara a ver que hay flores y otras cosas. Entonces me di cuenta que algo estaba cambiando”, subrayó.
López ahora funge como embajadora del programa de Embajadores de la Salud Mental, una iniciativa de Centro Sol que tiene como fin cerrar la brecha entre la comunidad y la ayuda que necesitan.
“Yo le digo a la gente que estamos acostumbrados a vivir solos, porque vivimos solos en este país. Muchos no tenemos familia, pero no es malo pedir ayuda. Hay muchas organizaciones que nos pueden apoyar, nada más debemos permitírselo”, agregó.
Como Centro Sol, hay otras organizaciones alrededor del DMV que ofrecen múltiples servicios a los inmigrantes que van desde identificar recursos, educación, vivienda, entre otros.
Este es el caso de Latin American Youth Center (LAYC, en inglés), una entidad situada en DC.
“Junto con la terapia mental, ofrecemos terapia conductual y centrada en el trauma que se enfoca más en el individuo. Ofrecemos terapia grupal y familiar según sea necesario”, explicó Yesenia Figueroa, miembro del equipo de servicios sociales de LAYC.
Los servicios de esta entidad se extienden al condado Montgomery y al condado Prince George 's, ambos en Maryland, a través de una alianza con MoCo Reconnect.
COMBATIENDO EL ESTIGMA
Por su parte, el psicólogo José Efraín Rodríguez, advirtió que no trabajar el trauma puede limitar el proceso de transición del inmigrante.
“Hay veces que no se logra tramitar la adaptación porque tengo recursos que logré conseguir, pero no trabajé el trauma y entonces hay un trauma compuesto”, señaló.
López coincidió con el experto al exponer la importancia de romper con los estigmas que rodean la búsqueda de servicios de salud mental.
“Te sientes mal, pero no sabes qué te pasa. No nos damos el permiso de que sea la salud mental. Es importante que la gente sepa que necesita pedir ayuda y que hay quien nos ayude”, ratificó.
Asimismo, Rodríguez dijo que esto se debe realizar desde una perspectiva empática, digna y desde los derechos humanos.
“Hay que trabajar con el hecho de que no te puedo ver ya como inmigrante, no te puedo ver como un allegado, te tengo que ver como un ente humano, como una persona con una necesidad que tiene vida que tiene necesidades que tengo que cubrir…eso es verte con dignidad. Yo no puedo despersonalizar a esa persona desde mi prejuicio”, acotó.
"NO DEJEN DE SOÑAR"
En el caso de Abdías Funes Marroquín, quien lleva seis años en Estados Unidos, aún falta mucho por alcanzar. Para el joven de 25 años, terminar de estudiar y formar un hogar forman parte de sus metas a largo plazo.
“Quisiera terminar mi carrera como electricista, poder formar mi compañía en unos años, tener mi propia casa, mi propia familia”, enumeró.
A preguntas sobre qué le diría a otras personas que recién están llegando al país y se encuentran desalentados, el salvadoreño contestó lo siguiente.
“Que no dejen de soñar y que pongan su confianza en Dios. Él es el que tiene cuidado de nosotros y que si es la voluntad de él, todo de se puede”, concluyó.
SERVICIOS DE SALUD MENTAL EN ESPAÑOL
Las siguientes organizaciones y entidades gubernamentales proveen servicios de salud mental en español, según confirmaron a Telemundo 44. Si necesitas ayuda, visita la más cercana:
Washington DC
Virginia
- Northern Virginia Family Services
- Condado Fairfax
- National Alliance on Mental Illness, Prince William County
Maryland