Una mujer fue sentenciada a 70 meses en prisión el viernes por su rol en el asesinato de un adolescente por miembros de la pandilla MS-13 en el 2016.
En el juicio ocurrido el año pasado, varios pandilleros admitieron que mataron a Carlos Otero-Henriquez de 18 años, porque creían que era de la banda rival Barrio 8.
Carlos Otero-Henriquez fue reportado como desaparecido de su casa en Leesburg, Virginia, el 23 de mayo de 2016. Once días después, el cuerpo del joven fue encontrado en un campo abierto en el condado de Jefferson, Virginia Occidental, a unos 40 kilómetros de distancia. Él había sido apuñalado 50 veces.
Shannon Sanchez, de 36 años, fue condenada por ayudar a encubrir este crimen, cometido por hombres que vivían en su casa. Autoridades dicen que Sánchez quemó la ropa de los criminales, y los ayudó a limpiar el cuchillo con el que cometieron el homicidio.
La camioneta de Sánchez también fue utilizada durante el delito. Los miembros de la pandilla le dijeron a Otero-Henríquez que irían a una fiesta. En cambio, lo llevaron a una cantera cerca de Harpers Ferry, donde lo rodearon y apuñalaron.
El Washington Post reportó que después de relacionarse con miembros durante su tiempo en la secundaria, Sánchez se había alejado de la pandilla MS-13 tras casarse y tener sus cuatro hijos. Pero que se había reconectado con la banda luego de que su esposo fue a prisión, y empezó a rentarle el sótano de su casa a pandilleros.
La defensa argumentó que Sánchez más bien estaba tratando de ayudar a los jóvenes a salirse de el mundo criminal, y que Sánchez no sabía del crimen sino hasta días después, según el Washington Post.
