RÍO DE JANEIRO — Los partidarios del expresidente brasileño Jair Bolsonaro que se niegan a aceptar su derrota electoral asaltaron el domingo el Congreso, la Corte Suprema Federal y el Palacio Presidencial, solo una semana después de que el presidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva asumiera el cargo.
Miles de manifestantes sortearon las barricadas de seguridad, treparon a los techos, rompieron ventanas e invadieron los tres recintos, los cuales se conectan por la gran Plaza de los Tres Poderes en la capital Brasilia. Algunos piden la intervención militar para restaurar al poder al ultraderechista Bolsonaro.
Imágenes del canal de televisión Globo News mostraban a los manifestantes deambulando por el Palacio de Planalto, muchos de ellos vestidos de verde y amarillo, los colores de la bandera que también simbolizan al gobierno de Bolsonaro.
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Los incidentes recordaron lo ocurrido el 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos. Muchos analistas políticos alertaron durante meses que esto podría suceder. Es posible que hubiera poco personal en el Congreso y el Supremo Tribunal Federal por ser domingo.
Los simpatizantes de Bolsonaro han protestado contra la victoria electoral de Lula desde el 30 de octubre, bloqueando caminos, incendiando vehículos y congregándose afuera de edificios militares, pidiendo a las fuerzas armadas que intervengan.
“Este absurdo intento de imponer su voluntad por la fuerza no prevalecerá”, dijo el ministro de Justicia, Flavio Dino, en su cuenta de Twitter. “El gobierno del Distrito Federal ha asegurado que habrá refuerzos. Y las fuerzas a nuestra disposición están trabajando”.
El presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, dijo que estaba en contacto permanente con el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, y que todo el aparato policial se movilizó para controlar la situación.
Bolsonaro, quien viajó a Estados Unidos antes de la toma de posesión de Lula, no ha comentado sobre lo ocurrido el domingo.