SEÚL, Corea del Sur— Corea del Norte hizo este lunes su primer ensayo de misiles balístico intercontinental en cinco meses, que probablemente empleó un arma experimental más ágil, entre promesas de que respondería con firmeza a las iniciativas de disuasión nuclear de Estados Unidos y Corea del Sur, en lo que supone su quinto lanzamiento de este tipo este año, cifra récord que subraya los avances del programa armamentístico de Pionyang y la importante escalada militar en la región.
El misil lanzado era un arma de combustible sólido, según dijo el gobierno surcoreano, una probable referencia al modelo norcoreano de misil balístico intercontinental Hwasong-18, que puede trasladarse por carretera y lleva combustible sólido incorporado, lo que lo hace más difícil de detectar para sus adversarios que las armas de combustible líquido. El líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha descrito el Hwasong-18 como el arma más potente de su arsenal nuclear.
El misil recorrió unas 620 millas antes de caer en aguas entre la península de Corea y Japón, según el ejército surcoreano. Se lanzó con un ángulo elevado en un aparente intento de evitar a los países vecinos, señaló. El legislador japonés Masahisa Sato dijo que según el Ministerio nipón de Defensa, el proyectil alcanzó una altitud de 3,730 millas.
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Esos datos encajaban con los de la segunda prueba del Hwasong-18, registrada en julio. Pyongyang hizo su primer ensayo del misil intercontinental en abril.
Desde 2017, el país ha hecho varias pruebas de misiles balísticos intercontinentales en un esfuerzo de adquirir la capacidad de hacer ataques nucleares en el territorio continental estadounidense. Pero hasta abril, todos sus ensayos incluían modelos con combustible líquido, que debe repostarse antes del lanzamiento y no pueden permanecer mucho tiempo con combustible.
En una llamada trilateral, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, y sus homólogos en Japón y Corea del Sur condenaron el lanzamiento, que según la Casa Blanca era una “flagrante” violación de varias resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que prohíben cualquier actividad balística por parte de Pyongyang. Los tres funcionarios recalcaron la importancia de compartir datos y coordinar sus respuestas ante una creciente cooperación entre Corea del Norte y Rusia.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, ordenó a las autoridades que mantuvieran una posición firme de defensa conjunta entre Seúl y Washington y respondieran de forma “rápida y abrumadora” a cualquier provocación norcoreana contra territorio surcoreano. En un comunicado televisado, el oficial militar Lee Seung O advirtió que Corea del Norte sería la única responsable de todas las consecuencias que pudieran ocurrir debido a sus provocaciones.
El lanzamiento de prueba fue el segundo en menos de un día. Pyongyang lanzó el domingo un misil de corto alcance, que también cayó en aguas frente a su costa oriental, según los gobiernos de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos.