LONDRES - El conde Carlos Spencer, hermano de la difunta princesa Diana, reveló que fue abusado sexualmente por una mujer durante su estancia en un internado educativo de élite en su infancia, en un libro de memorias serializado desde este domingo por "The Mail on Sunday".
En el volumen desvela también que perdió la virginidad con una prostituta a los 12 años en Italia como consecuencia de lo vivido en el colegio Maidwell Hall (centro de Inglaterra), al que asistió de los 8 a los 13 años, así como otros abusos físicos sufridos por él y sus compañeros a manos del director y algunos profesores.
Según los extractos recogidos por el periódico, el conde Spencer, de 59 años, fue abusado por una de las matronas de su residencia escolar, de unos 20 años, que, según explica, por las noches sobornaba con dulces a los niños y les acariciaba, para tener sexo con un nuevo elegido cada trimestre.
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Privados del amor materno, los menores ansiaban la atención de esta responsable, hasta el punto de que Carlos llegó a autolesionarse cuando ella amenazó con irse, y todos celebraron cuando al final se quedó, según su relato.
El conde Spencer, tío materno de los príncipes Guillermo -heredero al trono británico- y Enrique, dice que solo se dio cuenta de que la mujer era una pederasta cuando se sometió a tratamiento psicológico años más tarde, y asegura que esas traumáticas vivencias dañaron sus posteriores relaciones de pareja.
En el libro, titulado en inglés "A Very Private School", el aristócrata detalla también cómo el director de la escuela, el "aterrador y sádico" John Porch, les infligía brutales palizas con las que aparentemente obtenía placer sexual.
El violento maestro de latín, Henry Maude, lo golpeó asimismo con las botas de cricket y dejó inconsciente a otro niño, al tiempo que seleccionaba a varios de ellos para sesiones de natación desnudos con las cuales se excitaba.
Revivir el régimen de "crueldad" y "agresión sexual" de Maidwell Hall para escribir su libro fue una "experiencia absolutamente infernal", dice el conde, quien después asistió al internado de secundaria Eton, al que también fueron sus sobrinos y numerosos miembros de la clase alta británica, incluidos varios primeros ministros.
Carlos afirmó que, al revelar los abusos -comunes en décadas pasadas en los exclusivos internados del Reino Unido-, quiere arrojar luz sobre "cómo eran las cosas demasiado a menudo " en las escuelas privadas en la década de 1970 y aportar algo de consuelo a los compañeros que sufrieron como él.