La rata de monte en caldo constituye el principal platillo tradicional del municipio de Oxchuc del suroriental estado mexicano de Chiapas, y se ha convertido en una alternativa económica para las familias de la localidad.
Los hombres salen de madrugada a la recolección de la tse'j un día después de haber ido a la montaña a colocar las trampas (yakil) en las cuevas donde quedará atrapado el pequeño animal de unas 11 pulgadas de longitud máxima.
Una vez que atrapada, la tse'j se lleva a casa y se entrega a las mujeres, quienes la reciben con alegría porque habrá comida para toda la familia.
"Salimos en la mañana a buscar en el monte a hacer trampa; a veces hacemos 20 trampas diarias. Salimos temprano a ver si cayó la rata", contó Antonio López Santis, de la comunidad Nueva Maravilla.
Refirió que a veces encuentran 15 o 10 ratas "y las traemos a casa a entregar a la señora, y terminado de pelar la rata, se asa en el fuego con alambre y terminado de asar buscamos una mesa y ahí lo amontonamos y traemos un bejuco y lo colgamos de su nuca en montón y lo colgamos en el fuego para ahumarla".
"A los tres días que está ahumada, la bajan las señoras para ponerla a cocer en la olla y le echan verduras de punta de chayote. Cuando está cocido la señora llama a su hijo y a su padre a comer juntos en la masa; así se come la rata", añadió.
López cuenta que aunque ahora ya no se come tanto la rata como antaño, los pobladores la comercializan para obtener ingresos extra. "Se compra la res, la carne, pero en este tiempo es muy necesitada la rata", explicó.
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"Ahorita sí es dinero la rata y salimos a buscarla en el monte el lunes o martes, la juntamos el martes, miércoles o jueves y el viernes la colgamos al fuego a dorarla y el sábado salimos a las plazas a venderla. Recibimos un dinerito y se compra azúcar y chile, así vivimos las poblaciones", expuso.
Por su parte Mariano Santis López, agente auxiliar (delegado municipal) de la comunidad Nueva Maravilla, comentó que conseguir ratas es muy difícil, pero una vez atrapadas el caldo es muy sabroso, además de un alimento que, asegura, cura la ansiedad y la hinchazón, entre otras dolencias.
Afirmó que la rata de monte se puede comer con toda seguridad de que es un animal limpio ya que se alimenta de yerbas, raíces y semillas. "La rata es bien rica, aprendan a comer rata para que se pongan bien fuertes", exclamó.
"Antes mis tíos se enfermaban de muchos días y a veces quedaban muy agotados y para que se recuperen, comen rata, toman el caldo y así se empiezan a recuperar. Es muy curativo ese animal", expresó.
Este hombre de la etnia tzeltal, uno de los 13 grupos étnicos de Chiapas, indicó que la rata de monte también se ha convertido en una alternativa económica para las familias de la localidad, ya que cuando no hay dinero, como ocurre casi siempre, los hombres salen a buscar la tse'j, para venderla ya ahumada en las plazas del municipio.
Se vende a poco menos de $2 cada rata con peso de una onza.
Santis dice que desde que tenía 12 años aprendió a hacer trampas.
"Para hacer la trampa primero tenemos que buscar una piedra y tenemos que buscar un mecate (soga) para hacer la trampa. Vamos a buscar donde hay cuevas porque las ratas salen en las cuevas. Cuesta para conseguirla, así que día tras día hay que juntar unos 3 o 4 días antes para que tengamos rata para todos", contó.
Sandra Patricia Sánchez explicó que "la rata de monte es una de las comidas tradicionales del municipio de Oxchuc. "Esta comida data de muchos años, me cuentan nuestros ancestros que por la falta de recursos económicos buscaban la necesidad de alimentos; entonces fue así como empezaron a consumir", dijo.
"Los hombres son los que se dedican a la caza y las mujeres se dedican a la preparación de esta comida. Es parte de la cultura del municipio de Oxchuc, es una de la gastronomía", sostuvo.