SAN DIEGO – Imagínate que tu bebé de 18 meses cayó en las garras del COVID-19 y al mismo tiempo se contagie de otra enfermedad. Esa es la historia de Cattaleya, un caso único en el país que está siendo estudiado por los Centros del Control de Enfermedades (CDC) para evitar más casos como este y salvar más vidas.
La hija de Daisy Zúñiga estuvo a punto de morir de coronavirus.
HOSPITALIZAN A BEBÉ TRAS CONTRAER COVID-19
“En uno de estos momentos se le puede parar el corazón y ya no respiraba ella sola”, recuerda Zúñiga sobre la lucha de su bebé Cattaleya para que su corazón no dejara de latir.
Mientras que el corazón de esta madre hispana se hacía pedazos con cada segundo que su bebé pasaba en esta cama de hospital.
“Yo no me podía imaginar mi vida sin mi hija, tan chiquita, nunca me imaginé que algo así le pasara a mi hija”, dice Zúñiga.
Cuando el coronavirus entró a la casa de la familia Zúñiga para destrozarla, atacó a Jaxon de 8 años, Daisy y a Cattaleya de tan sólo un año y medio, quien terminó en el hospital.
“Si habían llegado babies con covid pero tenían tos, fiebre, lo normal de covid, ella no tenía fiebre nada normal de covid”.
Los síntomas confundían aún más a los médicos.
La pequeña no podía usar sus manos y sus piernas estaban paralizadas cuando llegó al Hospital Infantil Rady en San Diego.
Los días pasaban y sus madres veían como la vida de su pequeña se les iba de las manos.
DOCTORES BUSCAN RESPUESTAS A SUS SÍNTOMAS
“Pensaron que era meningitis, polio, una lista inmensa que me asustó, porque por esas enfermedades era posible que no iba a poder caminar o quedar ciega”.
Los médicos le daban tres días de vida a la pequeña Leya, como le llama cariñosamente su familia.
“Uno nunca piensa que eso le va a pasar a sus hijos, uno dice ella va a crecer se va a casar y tener una familia, pero yo no sabía si iba a salir del hospital con vida mi hija”.
Ni Rayos X, pruebas de sangre o un sin fin de exámenes daban luz a los médicos sobre lo que estaba matando segundo a segundo a Leya, el problema su caso era el primero en el país.
Por eso le hablaron a los CDC y con los doctores juntos empezaron a ver cómo le podían ayudar a mi hija.
DIAGNÓSTICO DE SÍNDROME DE GUILLAIN-BARRÉ
Y fue así como logran descubrir que Leya además de COVID padecía del Síndrome de Guillain-Barré, extremadamente raro en menores, según médicos. En esta condición, el sistema inmune de la persona daña sus neuronas y causa debilidad muscular y en ocasiones parálisis.
“Nunca habían visto un caso de covid con Guillain-Barré juntos en todos los Estados Unidos”.
Sin poder respirar o comer por sí sola, con ventilador, traqueotomía, transfusión de plasma, 47 días le tomó a Cattaleya volver a la vida.
“Le hablé y le dije, ‘Cattaleya soy mami’, me oyó movió la cabeza poquito y la salían lágrimas de la cabeza cuando nos oía”.
Leya le había ganado la batalla a la muerte. Ella nunca se rindió, todos los días estaba peleando por su vida
Una guerrera es como la describen sus madres, ya que, a casi tres meses de haber enfrentado la muerte, Cattaleya aún sufre las secuelas.
Nos dijeron que no sabían si iba a poder caminar otra vez o mover manos o piernas.
LARGO CAMINO A LA RECUPERACIÓN
Y aunque se ha recuperado, Cattaleya aún no puede hablar, sostenerse o caminar, su recuperación podría tomar años o podría no ser nunca ser al 100%.
"Me da tristeza porque por el resto de mi vida yo voy a estar preocupada que esto le puede pasar otra vez, tuvimos suerte que sobrevivió, pero no sé si tendremos suerte el resto de nuestra vida".
Es un milagro que haya sobrevivido, de acuerdo con los médicos que la atendieron. Sus madres esperan que su historia ayude a motivar a padres dudosos de vacunar a sus hijos contra el coronavirus.