Síntomas neurológicos han sido comúnmente reportados en aquellos que contrajeron COVID-19 y sufrieron síntomas persistente cuatro semanas o más después de la infección inicial.
Pero un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale encontró que, incluso aquellos que contraen infecciones leves, pueden sufrir daños neurológicos.
En una entrevista con NBC Connecticut, la Dra. Akiko Iwasaki, quien realizó el estudio, explicó que los investigadores dieron intencionalmente a los ratones una infección respiratoria leve con SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.
En el transcurso de siete días, examinaron el impacto de la infección en el cerebro.
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“Y lo que encontramos es que, incluso con una infección muy leve que realmente no podemos medir ningún fenotipo de enfermedad en estos ratones, aún observamos un daño significativo en las células del cerebro”, dijo Iwasaki, inmunóloga de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale a NBC Connecticut. “Esto significa que incluso una infección respiratoria leve podría provocar síntomas neurológicos; eso se basa en el daño que vemos”, explicó Iwasaki.
Sin embargo, la médica enfatizó que las personas con enfermedades graves tienen un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Los investigadores de Yale citaron un estudio que examinó a pacientes con COVID-19 en un sistema hospitalario de la ciudad de Nueva York y determinó que la incidencia de deterioro cognitivo aumentó en pacientes hospitalizados en comparación con aquellos con una infección de COVID-19 leve.
Se dice que el deterioro cognitivo persistente afecta aproximadamente a uno de cada cuatro sobrevivientes de COVID-19, según un estudio sobre la frecuencia y variedad de síntomas asociados con la enfermedad.
Con respecto a las variantes más nuevas, como Ómicron, la incidencia y la gravedad del deterioro siguen sin conocerse, anotaron los investigadores.
Se cree que las condiciones post-COVID en general afectan a una “fracción alta” de personas que se han recuperado de COVID-19, pero aún se desconoce qué causa los síntomas persistentes.
“Ya sea que afecte, ya sabes, el sistema nervioso o el tracto GI o el tracto respiratorio, el COVID prolongado puede afectar tantos sistemas de órganos múltiples”, comentó Iwasaki. “Y actualmente, no entendemos cuánto dura el COVID-19. Y si no entendemos eso, no sabremos cómo tratar mejor estas enfermedades. Entonces, en última instancia, queremos comprender el mecanismo subyacente de la enfermedad, por lo que puede idear una terapia para tratar a estos pacientes”, agregó.